Mediante esta entrada me gustaría explicar el proceso que he llevado a cabo para realizar la obra artística que se nos propuso hacer al principio de la asignatura de arte.
Lo cierto es que al comienzo, cuando se nos planteó que para el final de la asignatura deberíamos hacer una obra artística cada uno me entro bastante angustia, ya que nunca había realizado nada parecido. A medida que fueron pasando las clases la verdad es que la angustia seguía ahí y mis ideas sobre que plantear en la obra no surgían. Sin embargo, hace unas cuantas semanas se me ocurrió la primera idea: que mi obra tuviese que ver con los niños y con el arte, ya que al fin y al cabo, son los niños con los que voy a trabajar en el futuro y el arte es precisamente el eje central de la asignatura que estoy cursando.
A partir de esa idea se me fueron ocurriendo diferentes cosas pero ninguna de ellas me terminaban de convencer del todo. Pero un día me acordé de la visita que les hice días atrás a mis tíos en Hendaya, los cuales tienen un hijo pequeño de 5 años. Al entrar en su casa, lo primero que vi fue como dos de las paredes que tenía el cuarto de estar estaban llenas de dibujos que había hecho mi primo. La verdad es que me llamó bastante la atención, ya que hoy en día los niños ocupan más tiempo jugando con las nuevas tecnologías o viendo la televisión, que pintando (y podían haber alrededor de 70 dibujos perfectamente).
De esa manera, se me ocurrió que mi obra artística podría basarse en una reflexión sobre la vida de los niños hoy en día y de que existe otra manera de vivir además de la que está rodeada de las tecnologías actuales. Los niños también tienen que experimentar pintando, pasar el tiempo dibujando y poco a poco ir haciendo y reflejando sus sentimientos en los dibujos que hacen.
Por eso mismo, decidí titular mi obra La otra infancia, la cual me hace pensar en la niñez, en la felicidad de un niño, la libertad de dibujar lo que quiera... que se está perdiendo con la evolución de las nuevas tecnologías.